Por eso, las personas encargadas del proceso de selección de personal, han diseñado nuevos procesos para adaptarse y buscar nuevas habilidades empresariales para dar una respuesta a los cambios y necesidades en los hábitos de trabajo.

En primer lugar, podemos identificar dos estilos de habilidades:

- Las “Soft skills” o competencias blandas son aquellas calidades relacionadas directamente con las habilidades de carácter personal y social. Es decir, son rasgos característicos de la personalidad, habilidades sociales, de comunicación, etc. Estas calidades se generan en la parte emocional del cerebro y pueden determinar la manera como una persona interactúa con el resto de personas y en grupo.

- Las “Hard skills” son aptitudes que suelen aparecer a través de un aprendizaje o bien, son un conjunto de habilidades fáciles de cuantificar. Están directamente relacionadas con la formación.

Algunas de las habilidades más buscadas en 2021 son:

- Creatividad y capacidad de resolución de problemas
Muchas empresas buscan empleados con la capacidad de pensar más allá, a través de un pensamiento creativo para ofrecer propuestas e ideas originales, resolver problemas de manera disruptiva o adaptarse a nuevas situaciones. Esta habilidad también juega un papel fundamental en la toma de decisiones y la capacidad para adaptarse a los constantes cambios y obtener buenos resultados.

- Flexibilidad y adaptación a los cambios
Tener la capacidad para adaptarse a los constantes cambios y afrontar cualquier situación es una habilidad muy valiosa. El nuevo entorno laboral está cambiando a un ritmo vertiginoso y las empresas necesitan a profesionales con la destreza de encarar nuevas situaciones, adquirir nuevos conocimientos cuando sea necesario para poder continuar con la actividad y avanzarte a las necesidades.

- Dotes comunicativos
Esta habilidad figura desde hace muchos años en las listas por una evidente razón. La capacidad de poder comunicarse favorece que los engranajes funcionen correctamente a través de una información fluida y clara. Saber comunicar también implica una buena asertividad.

- Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la habilidad de percibir de manera exacta las propias emociones o la de los demás. La gestión de las emociones puede parecer un factor no determinante pero, el adecuado control nos puede ayudar a ser más creativos, gestionar mejor los conflictos y fomentar relaciones más sanas en uno entorno de trabajo.

- Motivación y positivismo
Una de las calidades más buscadas en momentos de incertidumbre es la motivación para poder seguir adelante y afrontar de la mejor manera las situaciones adversas. En cualquier contexto es muy importante tener personas trabajadoras motivadas y con iniciativas para poder generar cambios y oportunidades.

- Pensamiento crítico
Analizar las cosas desde varios ángulos, cuestionar los modelos preestablecidos y pensar de una forma autónoma es una gran ventaja profesional que influirá positivamente en la innovación y crecimiento de la empresa. Este pensamiento también es conocido como “pensar fuera de caja”.

- Colaboración
Priorizar el objetivo común y apoyar al equipo es una competencia muy valorada dentro de una organización porque fomenta el desempeño de los objetivos empresariales de una manera mucho más exitosa. Además, el trabajo en equipo permite optimizar procesos, gestionar mejor el tiempo y fomentar un buen entorno laboral.

En último término, las empresas necesitan a personas con habilidades “blandas” ahora y en el futuro, con esto el que queremos decir es que nos tendremos que asegurar que el nuevo talento que entre por la puerta tenga todas de estas habilidades.